El vidrio soplado es una de las técnicas artesanales más famosas alrededor del mundo y sobre todo en nuestro país. A lo largo de la historia de México, esta técnica se ha conservado gracias a las generaciones de vidrieros que aún continúan trabajando este antiguo arte, dándole un toque moderno y apegado a las tradiciones mexicanas. 

¡Descubre en este blog la magia que hay detrás de las artesanías de vidrio soplado! 

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¿En qué consiste la técnica del vidrio soplado? 

La técnica del soplado de vidrio consiste en la creación de burbujas de aire en la masa de vidrio fundido con ayuda de un tubo metálico o popote. Ya con la burbuja creada, el vidriero procede al moldeado del vidrio para darle forma según el producto deseado. 

La creación de figuras de vidrio soplado consta de varias fases para la obtención del producto final. En una primera etapa se encuentra el derretir el vidrio en hornos a altas temperaturas para obtener una masa espesa y moldeable. 

De ahí, es cuando se recolecta la masa con el tubo y el artesano se encarga de proporcionar el aire soplando a través de este e inflando la masa. Cabe mencionar que, con la evolución y el paso de los años, muchas fábricas de vidrio soplado cuentan con maquinaria que se encarga de hacer este proceso de manera automatizada. 

Después de obtener la burbuja se comienza a darle forma a la masa para darle la figura deseada, esto con ayuda de diferentes tipos de pinzas y tijeras. 

Por último, se vuelve a introducir la figura de vidrio soplado al horno durante 8 horas para terminar de endurecer la masa y obtener un buen resultado. 

Aunque se lee como algo sencillo, este proceso realmente lleva mucho tiempo de ejecución para obtener productos de gran calidad. 

Conoce la historia del vidrio soplado artesanal en México. 

Esta antigua técnica no es como tal originaria de nuestro país, pues a lo largo de la historia se han encontrado vestigios del uso del vidrio soplado en distintas civilizaciones, de hecho, se cree que el vestigio más antiguo data del siglo I antes de Cristo. 

El vidrio solapado llegó a la Nueva España a mediados del siglo XVI, estableciéndose en Puebla de los Ángeles. Y aunque en un principio las fábricas de vidrio soplado y establecimientos de venta y manufactura de este eran manejados por artesanos europeos, los mexicanos comenzaron a involucrarse cada vez más en la técnica hasta convertirse en verdaderos vidrieros.  

Gracias a esta intromisión, el soplado de vidrio comenzó a ganar aún más popularidad en México, sobre todo en la zona centro, pues de Puebla comenzaron a establecerse fábricas en la Ciudad de México, el Estado de México, Oaxaca, Aguascalientes, Guadalajara y Tonalá, Jalisco, ciudad considerada como una de las máximas fabricantes de este arte. 

Con el paso de las generaciones y la popularización del soplado de vidrio, los artesanos mexicanos comenzaron a plasmar la riqueza cultural de nuestro país a través de las figuras, las formas, los colores y los símbolos que añadían a sus piezas. Mismas que comenzaron a venderse por todo nuestro país y fuera de él, posicionando al soplado de vidrio como una de las artesanías más hermosas y representativas de nuestro país.  

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